Entender las emociones
4 de marzo de 2019¿A quién incluyo en mi vida?
18 de marzo de 2019No hay vencedores, ni perdedores: solo etapas que deben ser cumplidas. Cuando nuestro corazón comprende eso, es libre. Paulo Coelho.
Hoy quería compartir un bonito cuento, para no juzgar nuestra vida, ni quienes somos por un momento malo, o muy malo, que nos haya pasado. Una dificultad, un problema, un duelo, no indica una mala vida. Es solo una etapa dura, un problema a resolver, un conflicto que hay que solucionar.
A veces nos pueden servir para sacarnos de nuestra zona de confort, en la que no estamos siendo felices. Nos hacen valorar la vida, darnos cuenta de todo lo bueno, nos ayudan a ser mas comprensivos, tolerantes, mas humildes y compasivos. Incluso la perdida de un ser querido nos hace estar de otra manera en el mundo.
Si a estas etapas les damos otra mirada distinta, podremos entender que son solo eso, un momento transitorio que nos ha tocado vivir. Estas etapas difíciles nos ayudan a crecer como personas.
No etiquetes tu vida.Son solo etapas que pasaran. Algunas muy dolorosas pero pasaran. Date el permiso de traspasarlas e ir hacia otra estación.
Las cuatro Estaciones:
Había un hombre que tenía cuatro hijos. Quería que aprendieran a no juzgar las cosas superficialmente; entonces envió a cada uno por turnos a ver un manzano que estaba a una gran distancia.
El primer hijo fue en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el hijo más joven en el Otoño. Cuando todos ellos regresaron, les llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto.
El primer hijo mencionó que el árbol tenía las ramas desnudas, que estaba doblado y retorcido.
El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.
El tercer hijo no estuvo de acuerdo, dijo que estaba lleno de flores y colorido, que tenía un aroma muy dulce y se veía muy hermoso.
El último de los hijos también discrepó, dijo que estaba lleno de frutos y hojas, repleto de vida y satisfacción.
Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían razón, pero que cada uno había visto solo una de las estaciones de la vida del árbol.
Les argumentó que no debían de juzgar a un árbol, o a una persona, por solo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, su experiencia vital, solo puede ser medida al final, cuando todas las estaciones han pasado.
Si te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño. No dejes que el dolor de una estación destruya la dicha del resto.
No juzgues la vida por solo una estación difícil. Persevera a través de las dificultades y malas rachas… mejores tiempos seguramente vienen por delante.
2 Comments
Muy bonito arancho.
Gracias Lourdes