
Escuchar al otro desde el corazón.
23 de septiembre de 2019
Día de todos los Santos
1 de noviembre de 2019Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos construimos el mundo.
Buda
La forma en que nos hablamos a nosotros mismos nos potencia o nos limita nuestra vida.
Nuestra cabeza no deja de pensar constantemente. Pensamientos que no suelen ser reales. Solo suelen ser pensamientos que no llegan a pasar, solo nos inquietan y no nos permiten estar en el presente.
Estas charlas suelen inventar al otro, inventar lo que va a ocurrir, y no nos dejan fluir con la vida. La vida es todo lo que esta ocurriendo a nuestro alrededor y no lo que pensamos. Estos pensamientos nos impiden muchas veces el contacto con los demás y con lo que esta ocurriendo en ese instante.
A callar nuestra mente y dejarla en silencio no es fácil, es todo un reto y se puede aprender. Las técnicas de mindfulness y relajación nos ayudan a ello.
Dependiendo del tipo de pensamiento que tengas atraerás a tu vida un tipo de emoción. Si te enfocas en lo bueno y en el agradecimiento tendrás emociones satisfactorias. Por el contrario si te enfocas en lo negativo, en lo que te falta y en juzgar, lo más probable es que te vengan emociones de tristeza, rabia, enfado.
Los acontecimientos de la vida son como son, y dependiendo de la percepción que te hagas de ello hará que venga una emoción y no otra. La interpretación que hagamos es lo que va a traernos un tipo de pensamiento. Aceptarlo sin juzgarlo y sin etiquetas te hara afrontarlo de una manera mas sana.
Incluso en situaciones muy dolorosas y triste (el duelo, la perdida, un divorcio, una enfermedad) se traspasaran de distinta forma según el pensamiento que ronde en nuestras cabezas.
Por mucho que nuestros diálogos internos le den vueltas, el acontecimiento o situación no va a cambiar. Si además esas charlas son criticas, etiquetan y son negativas, nos van a hacer sentirnos muy mal.
Estas rumiaciones mentales suelen ir acompañadas de preguntas. Si nos hacemos preguntas que nos potencien y con las que podamos dar solución serán beneficiosas. Cuando nos hacemos preguntas que nos ponen en situación de victimas aparecerá el dolor, la rabia y la desesperanza.
No es lo mismo preguntarnos: ¿Por qué me ha pasado esto a mi? que preguntarnos: ¿Qué puedo hacer con esto que me ha pasado?¿Para que me ha pasado esto a mi?.
Observar nuestros pensamientos y tomar conciencia de ellos es el primer paso. Luego ver que tipo de pensamientos son y que tipo de preguntas me hago. Preguntarme si me favorecen o me están hundiendo más. Si son limitadoras podemos empezar a cambiarlo.
Recuerda que el tipo de pensamiento que tengas traerá a tu vida una emoción y estas van a llevar a un tipo de realidad en nuestra vida o a otro. Aprendamos a tener una buena comunicación con nosotros mismos.
Paremos la mente parlante por un momento, dejémosla libre, en silencio. Y pongamos en ella palabras que nos potencien.