Difunde el amor donde quiera que vayas. No dejes que nadie se aleje de ti sin ser un poco más feliz. Madre Teresa de Calcuta.

Mi padre me enseño a poner otra mirada distinta a la vida. Me dejo esta gran enseñanza. Cuando era más joven no llegaba a entender su mensaje, hoy me doy cuenta que cuando miro con otra mirada a todo lo que me ocurre, a todas las personas con las que me relaciono, y le pongo amor, todo cambia.

El amor es motor de la vida. Es la fuerza que nos conecta a la vida. Quienes conectan con ello crean armonía y bienestar en su entorno y consigo mismo, sintiéndose en plenitud, paz y felicidad.

Cuando somos capaces de aceptar a la vida tal como es , sin juzgarla, ni etiquetarla, y nuestra mirada es la del amor, la vida se vuelve a nuestro favor, y todo vuelve a ser amable.

El amor a uno mismo es el primer paso, es una actitud de aceptación, humildad y agradecimiento. Permitirnos ser tal cual somos, en sintonía con la vida. Cuando nos amamos desde la plenitud, podemos amar a todo lo que nos rodea. Pongamos otra mirada al otro y a la vida. La vida es amor. Conectemos de nuevo con nuestros corazones.

Volvamos a poner amor a nuestra vida, a todas las personas que nos rodean, a las personas a las que queremos, con las que compartimos nuestra vida y con las que no también. Pongamos nuestro granito de arena para crear un mundo mas suave, más confiable, mas bonito, mas humano.

Romance de amor,

(de mi padre, que era poeta y un gran sabio).

Escucha,

escucha al aire y al agua,

a la música que llevan;

Si amorosamente escuchas ,

amor oirás en la alberca,

oirás amor en el rio,

amor sobre la alameda.

El canto del agua

pide atención para sus quejas;

El aire con murmullos

dice cosas al que espera.

Mira,

mira con amor las cosas

para que sean más bellas;

La mirada de amor

pone en las cosas belleza.

Mira atento,

con amor verás pocas cosas feas;

Mira al mar, mira a los montes,

a los bosques, a las vegas.

Los paisajes necesitan atención,

no indiferencia.